Durante los últimos años, las terapias basadas en incretinas se convirtieron en uno de los avances más relevantes de la medicina metabólica y cardiovascular. Entre ellas, semaglutide y tirzepatide han demostrado un impacto que trasciende el control glucémico, generando beneficios clínicos en pacientes con insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada (HFpEF) y obesidad, una población históricamente con pocas opciones terapéuticas efectivas.
Semaglutide y HFpEF: más allá del peso corporal
El ensayo STEP-HFpEF, publicado en The New England Journal of Medicine (2023), evaluó el efecto de semaglutide en más de 1.000 pacientes con insuficiencia cardíaca y obesidad. Los resultados mostraron una mejoría significativa en los síntomas, la calidad de vida y la capacidad funcional, además de una pérdida de peso promedio cercana. al 13 %.
Posteriormente, un subanálisis dirigido por Ambarish Pandey, publicado en JACC: Heart Failure (2025), analizó los efectos del semaglutide en pacientes con distintos grados de fragilidad. El hallazgo fue claro: los pacientes más frágiles obtuvieron incluso mayores beneficios, sin aumento de eventos adversos graves ni deterioro muscular.
Menos disnea, mejor tolerancia al esfuerzo y pérdida de peso sostenida, sin aumento de eventos adversos graves.
Tirzepatide: el siguiente paso en la terapia cardiometabólica
El tirzepatide, un agonista dual de los receptores GLP-1 y GIP, representa la evolución de las terapias incretínicas. El ensayo SUMMIT, publicado en The New England Journal of Medicine (2025), evaluó su uso en pacientes con HFpEF y obesidad, mostrando resultados altamente prometedores:
– Reducción del 27 % en el riesgo de muerte cardiovascular o empeoramiento de la insuficiencia cardíaca.
– Mejoría significativa en el puntaje KCCQ, en la capacidad de ejercicio y en la pérdida de peso (≈ 14 kg promedio).
– Menor incidencia de eventos adversos graves respecto al placebo.
– En subestudios con resonancia magnética, se observó remodelado cardíaco favorable y reducción de marcadores inflamatorios.
El tirzepatide no solo mejora el metabolismo, sino también la función y estructura cardíaca en pacientes con HFpEF y obesidad.
¿Son comparables el semaglutide y el tirzepatide?
A pesar de los resultados alentadores, aún no existen estudios comparativos directos entre ambos fármacos. Los ensayos disponibles sugieren que comparten mecanismos comunes —reducción de inflamación, grasa visceral y sobrecarga cardíaca—, aunque el tirzepatide podría tener mayor potencia metabólica debido a su acción dual.
Faltan datos de seguimiento prolongado (más allá de 2 años) y evidencia en pacientes con HFpEF sin obesidad, pero la tendencia es clara: estas terapias están modificando el curso de una enfermedad considerada “sin opciones” durante décadas.
Una nueva era cardiometabólica
La HFpEF vinculada a obesidad representa una forma particular de insuficiencia cardíaca donde el exceso de grasa, la inflamación sistémica y la resistencia a la insulina juegan un papel central. Por eso, los agonistas de incretinas ofrecen una intervención fisiopatológica más profunda que los tratamientos convencionales.
Sus beneficios incluyen:
– Disminución de la grasa epicárdica y visceral.
– Mejoría de la función endotelial y microvascular.
– Reducción del estrés oxidativo y la inflamación sistémica.
– Aumento de la tolerancia al ejercicio y la calidad de vida.
Referencias
1. Pandey A, et al. Semaglutide in Frail Patients With HFpEF. JACC: Heart Failure. 2025.
2. Kosiborod MN, et al. Semaglutide in Patients with Heart Failure with Preserved Ejection Fraction and Obesity. N Engl J Med. 2023; 389:1521–1534.
3. Jastreboff AM, et al. Tirzepatide for Heart Failure with Preserved Ejection Fraction and Obesity. N Engl J Med. 2025; 392:1265–1278.
4. Anker SD, et al. Cardiometabolic Effects of GLP-1 and GIP Agonists in Heart Failure. Circulation. 2024.
5. Solomon SD, et al. Obesity, Inflammation, and Heart Failure with Preserved Ejection Fraction: The Emerging Role of Metabolic Therapies. Eur Heart J. 2024.